Economía Circular Social y Solidaria

Economía Circular Social y Solidaria[1]

Cristina Cortinas[2]

Resumen

Los dos Méxicos, el moderno y el premoderno, demandan una economía circular centrada en las personas y en la conservación y regeneración de sus recursos naturales, en la cual las prácticas de producción y consumo contribuyan a mitigar el cambio climático y los impactos económicos y sociales provocados por la pandemia COVID-19. La aplicación de la economía circular en los procesos de producción, distribución y consumo, requiere cubrir los siguientes niveles: Nivel micro (productos, pequeñas empresas y consumidores), Nivel meso (parques eco-industriales) y Nivel macro (ciudad, región, nación). Así mismo, debe ser detonadora del fortalecimiento de las fuentes de ingresos y de empleo, de su competitividad, productividad y mejora de su desempeño ambiental. Además de favorecer la creación de emprendimientos sociales circulares que involucren a los organismos que integran al Sector Social de la Economía y que abran fuentes de empleo para los millones de jóvenes en edad productiva y las mujeres que son jefe de familia.

Evolución del pensamiento circular

Lo que hoy se conoce como economía circular recoge la esencia de prácticas “basadas en la naturaleza”, que datan de décadas, centradas en la prevención del desperdicio de recursos materiales, agua, energía y suelo, para propiciar la conservación y regeneración de los recursos naturales y su biodiversidad.

Este tipo de prácticas constituyen el modo de vida de poblaciones originarias y han sido convertidas en ecotecnias utilizadas en la Permacultura, la cual es considerada como «Un sistema de diseño enfocado al uso sustentable de la tierra para lograr una vida sostenible» y basada en principios éticos.[3]

La ecología industrial es otro ejemplo de área del conocimiento que busca que los sistemas industriales tengan un comportamiento similar al de los ecosistemas naturales, transformando el modelo lineal de los sistemas productivos en un modelo cíclico, impulsando las interacciones entre economía, ambiente y sociedad e incrementando la eficiencia de los procesos industriales.[4]

Bases de la Ecología Industrial

Por su parte, la simbiosis industrial es una forma de intermediación para reunir a las empresas en colaboraciones innovadoras, encontrando maneras de usar los residuos de uno como materia prima para otro; lo cual reduce el consumo de materias primas vírgenes. La palabra «simbiosis» suele asociarse con relaciones en la naturaleza, donde dos o más especies intercambian materiales, energía o información de una manera mutuamente beneficiosa.[5]

Igualmente destacado, es el modelo conocido como “de la cuna a la cuna”[6], que constituye una alternativa para contar con una cadena de suministro sostenible, al tratarse de una manera diferente de idear, diseñar y producir, de forma que los elementos que componen los productos puedan ser 100% reutilizados o reciclados. Este concepto radica en diseñar productos que una vez que salgan de la línea de producción y se distribuyan al consumidor puedan volver a sus orígenes de manufactura. En este modelo se concibe, además, el ecodiseño de productos biológicos y el aprovechamiento de los biorresiduos en cascadas que conducen a la generación de bioproductos (incluidos los mejoradores de suelos y diversos principios activos que entran en la composición de múltiples productos), así como de biocombustibles.

 

Contexto actual de la economía circular en México y en el mundo

Para poner en perspectiva qué tanto aplican los sistemas de economía circular en México, América Latina y el Caribe (ALC) y otras regiones del mundo, se están recopilando, registrando y difundiendo experiencias exitosas de esfuerzos realizados desde el ámbito empresarial, hasta el nivel comunitario y de ciudades, para evitar el desperdicio de recursos e implantar programas cero residuos a disposición final. Ejemplo de ellas aparecen descritas en el “Compendio de Buenas Prácticas hacia Cero Residuos y Economía Circular”[7], en el cual se relatan ejemplos de innovaciones técnicas, sociales y financieras, que son consistentes con lo que persigue la economía circular. Entre estas experiencias se menciona las que tienen lugar en la Ciudad de México (CDMX), que ha implantado un Programa Basura Cero y Plan de Acción de Economía Circular, además de contar con el Programa Puntos de Innovación, Libertad, Arte, Educación y Saberes (PILARES), a los que el Centro Internacional para la Promoción de los Derechos Humanos (CIPDH) de la UNESCO reconoció con el Premio “Construir igualdad 2020”.[8] Los Pilares son centros de aprendizaje y certificación de competencias en los que se ofrece adiestramiento a jóvenes, mujeres jefe de familia y otros integrantes de las comunidades, en materias que son consistentes con la economía circular como la reparación de teléfonos celulares y otros productos de consumo.

Aunado a ello, en México, el Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC), de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT), realizó en 2020 una evaluación de la situación actual de la economía circular en nuestro país para el desarrollo de una hoja de ruta que, de manera similar, se llevó a cabo en Brasil, Chile y Uruguay.[9] En dicha evaluación se citan ejemplos de empresas que ya aplican en sus procesos productivos prácticas de ahorro de agua, energía y materiales, y que incluso han abatido casi completamente la generación de residuos. Se mencionan también programas voluntarios como el de Liderazgo Ambiental para la Competitividad, que involucra la participación de grandes productores y de su cadena de proveedores en ejercicios de esa índole que han contribuido de manera significativa a reducir sus emisiones de gases con efecto de invernadero (GEI), el consumo de agua y de energía, así como la generación de residuos, con un tiempo de retorno de las inversiones realizadas para ello inferior a un año[10]. Además se hace referencia a la intención del Centro de Ingeniería y Desarrollo Industrial (CIDESI), de instaurar una maestría en diseño e innovación de producto/servicio que facilite a las empresas nacionales llenar los requisitos que impone la economía circular en la materia;; al aprovechamiento de subproductos de la industria del agave tequila para la producción de otros materiales; y al uso de aplicaciones digitales para facilitar que los interesados ubiquen a dónde enviar sus productos usados, particularmente electrónicos, a plantas en las que se vuelven a valorizar. En este diagnóstico se incluye la mención al modelo de economía circular comunitaria que estamos desarrollando en municipios que ocupan el territorio de la Reseva de la Biosfera Sierra Gorda, en el Estado de Querétaro, en el que el de Landa de Matamoros publicó en 2020 su Reglamento Municipal para la Prevención, Gestión Integral y Economía Circular de los Residuos, elaborado con nuestra asesoría.

La Coalición de Economía Circular para América Latina y el Caribe, creada en 2021, responde al gran interés e iniciativas sobre economía circular promovidas por gobiernos, sector privado, institutos de investigación y otros actores sociales, así como por las múltiples iniciativas de organismos regionales e internacionales que brindan apoyo técnico en materia de innovación y enfoques de economía circular.[11] Esta Coalición tiene como objetivos principales crear una visión y una perspectiva regional común con un enfoque integrado y holístico, ser una plataforma para compartir conocimiento y herramientas, y apoyar la transición hacia la economía circular con un enfoque de pensamiento de ciclo de vida.

En América del Norte, se elaboró el diagnóstico para acelerar la transición hacia una economía próspera, resiliente y baja en carbono[12], en él se menciona que en la región están sumamente avanzados la innovación y el liderazgo empresarial en biología sintética, la innovación de materiales, la inteligencia artificial y las plataformas digitales. Ello es sumamente favorable al tránsito de Canadá, Estados Unidos y México hacia la economía circular, en el marco del nuevo Tratado de Libre Comercio México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) y de su Acuerdo de Cooperación Ambiental. Por tal razón, la Comisión para la Cooperación Ambiental (CCA) lanzó su Plan Estratégico 2021-2025, uno de cuyos pilares es la Economía Circular y el Manejo Sustentable de los Materiales. En él se plantea el propósito de promover un entendimiento común de los conceptos de economía circular, bioeconomía y manejo sustentable de los materiales a lo largo de sus ciclos de vida, incluidos sus posibles beneficios para el medio ambiente, la reducción de emisiones, la seguridad de los recursos naturales, el bienestar de las comunidades, la creación de empleos, el comercio y las economías de América del Norte.

Importancia de la visión social de la economía circular en México

En seguimiento a otros de nuestros análisis que abordan el tema, en tres artículos recientes planteamos la necesidad de definir para qué tipo de país queremos desarrollar una economía circular para no dejar a nadie atrás y cómo pensamos que pudiéramos hacerlo, lo cual es el tema central de las reflexiones que aquí se comparten.[13]

Es así que, en el mismo orden de ideas que se han expresado previamente, creemos que es preciso tener en mente al diseñar nuestro modelo de economía circular, que México es un país que al mismo tiempo se encuentra formando parte de Norte América y de Mesoamérica, por lo cual conviene tener una visión territorial para determinar qué implicaciones tiene este hecho. Por ello destacamos algunos aspectos relevantes a este respecto, como el que tanto con los otros países de América del Norte, como con los que conforman la región de América Latina y el Caribe, México ha establecido Tratados Comerciales de Libre Comercio y Acuerdos de Cooperación Ambiental; por lo que tenemos que estar abiertos a la colaboración e integración regional en estas y otras materias.

No menos importante, es considerar que tanto de México, como de los países centroamericanos y del Caribe, a pesar de su rica biodiversidad y recursos naturales, están migrando familias enteras hacia la Unión Americana por falta de empleos e ingresos en sus lugares de origen.

 

Por tratarse de un país con más de treinta millones de jóvenes en edad productiva, ser un país donde priva una gran desigualdad (como en el resto de América Latina y el Caribe), con más de 20 porciento de población rural, y alrededor de 99.8 porciento de empresas que son pequeñas y medianas (PyMEs), México requiere tener presentes estos elementos al diseñar y legislar el modelo de economía circular más apropiado para hacer frente a estas circunstancias, particularmente ante los impactos socio-económicos provocados por la pandemia COVID-19.

Lo anterior sin dejar de lado la urgencia de cambiar el sistema actual de economía lineal que utilizamos, caracterizado no solo por el gran desperdicio de recursos que conlleva, sino también por haber propiciado el crecimiento de la pobreza, el hambre, la informalidad del empleo o la pérdida de empleos, en particular en el caso de las mujeres jefe de familia.

Situación del empleo y fuentes de ingreso en tiempos de pandemia COVID-19

En el artículo en el que abordamos este tema se planteó en qué medida la pandemia COVID-19 ha impactado al empleo y a la operación de las pequeñas y medianas empresas (PyMEs), información indispensable para que la Ley General de Economía Circular y la Estrategia Nacional de Economía Circular se constituyan en una vía para aliviar este problema; lo cual se resume como sigue:

Impactos socio-económicos de la Pandemia COVID-19 en el empleo y fuentes de ingresos en México

Impactos distributivos del COVID-19 en México[14] Tanto la proporción de hogares con un ingreso laboral menor a la línea de pobreza extrema como la de hogares sin ningún ingreso laboral llegaron a sus máximos históricos.

La recuperación a finales de 2020, sólo había permitido a los cincuentiles más altos de la distribución regresar a niveles de ingreso similares a los de antes de la pandemia.

La recuperación de ingresos se sostiene en un patrón de recuperación de empleo en donde los grandes ausentes son los empleos ubicados en el segmento intermedio de la distribución de ingreso laboral.

Impactos de la pandemia en mujeres jefes de familia[15] Desde el año 2000 hasta el 2020 se ha incrementado el porcentaje de jefatura femenina en el hogar, del 21% al 33%, a pesar de lo cual México tiene una proporción baja de mujeres en la Población Económicamente Activa (PEA), dado que, en el último trimestre del 2019, antes de la pandemia, México registraba 45.4% de mujeres trabajando o disponibles para trabajar. Derivado de la contingencia sanitaria, las mujeres fueron las más afectadas, al reportarse mayor pérdida de empleo durante el 2020, principalmente de aquéllas que se ubican entre los 30 y 64 años.
Impactos de la pandemia en la demografía de los negocios[16] De los 4.9 millones de establecimientos del sector privado y paraestatal registrados en los Censos Económicos 2019, 99.8% pertenecen al conjunto de establecimientos micro, pequeños y medianos. De ellos, el EDN 2020 estima que:

1 millón 10 mil 857 establecimientos (20.81%) cerraron sus puertas definitivamente,

De mayo de 2019 a septiembre de 2020 se tiene una disminución de unidades económicas de -8.06 por ciento,

Por tamaño de establecimiento, se observa que los pequeños y medianos tuvieron un mayor porcentaje de cierres definitivos (21.17% de muertes) en comparación con los establecimientos micro que tuvieron 20.80 por ciento de muertes,

La mayor proporción de muertes se registró en establecimientos de Servicios Privados no Financieros (24.92%), Comercio (18.98%) y Manufacturas (15 por ciento).

El reto del sector rural de México ante la pandemia Covid-19[17] La población rural, que integra al sector agrícola, representa 20 % del total -24 millones de habitantes- de la población y es el generador de alimentos bienes y servicios ambientales para el consumo local o de exportación.

En el medio rural es donde más se acentúa la desigualdad, discriminación, carencias en educación, en oportunidades laborales y desarrollo personal entre sus pobladores, aspectos que la pandemia de la Covid-19 vino a recrudecer, por lo que la pobreza extrema, de ingresos y laboral tenderá a aumentar durante el año 2020 ya que se alteró el orden económico y social además de quedar al descubierto las debilidades, carencias e ineficiencias en cuanto a infraestructura, capacidad económica, sanitaria y de reacción.

El Consejo Nacional Agropecuario (CNA) menciona que el empleo en el campo representa alrededor de 14 % del empleo nacional y, por efectos de la Covid-19, se estima una pérdida de 20 % en el sector rural; es decir, 200 000 empleos por cada punto del PIB.

México es un País de niños y jóvenes a los que debe beneficiar la economía circular

De acuerdo con el Censo de Población y Vivienda 2020, México contó con una población de 126,014,024 personas, de las cuales alrededor de 31.8 millones son niñas y niños de 0 a 14 años y 38.3 millones son jóvenes en edad productiva (con un promedio de 27 años).

Por tales razones, consideramos indispensable realizar una profunda reflexión acerca de cómo la economía circular en México debe poner al centro de la atención a nuestros niños y jóvenes, cuyo presente y futuro se encuentra comprometido. El impacto negativo de la pandemia ha sido aún más grave en la educación por la interrupción de las clases y la insuficiente y/o inadecuada cobertura de los programas educativos digitales. Por ello es preciso tomar en cuenta que, de acuerdo con la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), desde 2012 la educación en México ya enfrentaba grandes retos como se indica a continuación.[18] Con una población de millones de niños y jóvenes en edad escolar, esto no puede pasar desapercibido al integrar la Ley General y la Estrategia Nacional de Economía Circular.

Los resultados del aprendizaje de los alumnos en México están considerablemente por debajo del promedio de la OCDE. Sin embargo, los análisis de los resultados de las tendencias de PISA (Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos) han mostrado cierta mejora alentadora, particularmente en matemáticas. A pesar de la impresionante expansión del sistema educativo en las últimas décadas, el nivel del logro educativo sigue siendo un reto. Asimismo, el alto porcentaje de alumnos que abandonan el sistema educativo de forma temprana y con habilidades deficientes sigue siendo un problema importante.

A esto último, se agrega que los numerosos años de aplicación de un sistema económico lineal injusto, ha propiciado no solo un deterioro ambiental grave, sino acrecentado la pobreza, el hambre, la desigualdad, el empleo informal y la falta de empleo; lo que se ve reflejado en el bajo Índice de Desarrollo Humano (IDH) que caracteriza a un gran número de municipios, por los pobres niveles educativos, servicios de salud y oportunidades de empleo.

De manera que la Ley General y la Estrategia Nacional de Economía Circular de México, debieran convertirse en verdaderos instrumentos de transformación, que atiendan de raíz las causas de esta situación y sirvan a los intereses de la mayoría de nuestra población y no al de algunos cuantos. Lo cual motiva a proponer la vinculación de estas iniciativas con la Ley General de Economía Social y Solidaria publicada en 2012, centrada en las personas y en promover la creación de empleos dignos para el Sector Social de la Economía que abarca organizaciones diversas y no solo a un grupo social particular dedicado a la pepena al que sin duda hay que apoyar para que se supere, se profesionalice y sea dueño de su propio destino.

Lo anterior, sin dejar de lado la protección, conservación y regeneración de nuestros recursos naturales, debida cuenta de que somos un país megadiverso que está perdiendo aceleradamente su biodiversidad.

A qué obedece el interés de involucrar a las Organizaciones del Sector Social de la Economía como actores clave de la transición hacia la economía circular

El Sector Social de la Economía, al que se refiere el párrafo octavo del artículo 25 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, funciona como un sistema socioeconómico creado por organismos de propiedad social, basados en relaciones de solidaridad, cooperación y reciprocidad, privilegiando al trabajo y al ser humano, conformados y administrados en forma asociativa, para satisfacer las necesidades de sus integrantes y comunidades donde se desarrollan. No hay que olvidar que la población beneficiada por su inclusión, cubre más de dos terceras partes de los habitantes de zonas urbanas y rurales, que son el foco de la atención de la Agenda 2030 para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

Es con este fundamento que se propone que los organismos que conforman el Sector Social de la Economía, citados más adelante, sean incluidos explícitamente en la Ley General y la Estrategia Nacional de Economía Circular, para que se aborde en ellas la forma en que se les facilitará su participación en las actividades productivas destinadas a mantener abiertos los ciclos de vida de los recursos: materiales, agua, energía, así como a lograr el aprovechamiento sustentable, la conservación y regeneración del suelo y la biodiversidad.

Esto además de poner énfasis en que la economía circular para México debe centrarse en la protección de la salud y bienestar de la población y la conservación y regeneración de nuestros recursos naturales.

Organismos que integran el Sector Social de la Economía

I. Ejidos;

II. Comunidades;

III. Organizaciones de trabajadores;

IV. Sociedades Cooperativas;

V. Empresas que pertenezcan mayoritaria o exclusivamente a los trabajadores; y

VI. En general, de todas las formas de organización social para la producción, distribución y consumo de bienes y servicios socialmente necesarios

La economía circular aplicada al sector productivo que opera en México

Impactos más relevantes para las empresas en México durante 2021 a considerar

En un artículo reciente se expresa que el entorno actual ha puesto en evidencia ciertos factores de inestabilidad en las estructuras organizacionales del sector empresarial, que sugieren la necesidad de ajustar la operación y, en algunos casos, incluso la redefinición del modelo de negocio; por lo cual es fundamental que la Ley General y la Estrategia Nacional de Economía Circular impulsen y faciliten la adopción de modelos de negocio circulares en dicho sector.[19]

La encuesta “Riesgos en México 2021. Navegando a través de la incertidumbre”, elaborada por KPMG en México[20], muestra las inquietudes sobre el posible impacto en la capacidad de las empresas para lograr sus objetivos, entre los que destacan: falta de liquidez y capital de trabajo (55%); la necesidad de reconfigurar su modelo de negocio (50%); cambiar la estructura organizacional (46%); reducir o suspender contrataciones o inversiones de capital (44%), y pérdida de clientes y proveedores (44%).

Opiniones sobre los riesgos en México en 2021

Para Juan Carlos Reséndiz y José Carlos Ortiz (2021), nueve de cada diez empresas (90%) consideran que el desequilibrio ambiental puede generar eventos de alto impacto a escala global; sin embargo, seis de cada diez (62%) se muestran optimistas al señalar que hay forma de detenerlo o de reducir sus efectos al mínimo. En este entorno, la gestión de riesgos presenta desafíos importantes para los líderes de las organizaciones, pues implica enfoques de pensamiento distintos a los utilizados antes de la crisis sanitaria, con un nivel de profundidad y claridad que conduzca a crear iniciativas innovadoras, reforzar las actuales y promover la acción coordinada en todas las capas de gestión.

Los legisladores y autoridades ambientales en México, deben de tener claro que en México operan cadenas de empresas que pertenecen a consorcios internacionales, que en sus países de origen están sujetos a esquemas de responsabilidad extendida del productor (REP) sobre sus productos, que incluso les aplican en diversos países de América Latina y el Caribe, por lo que no hay razón para que no se haga efectiva este tipo de responsabilidad en México. Aunado a ello, cabe señalar que las empresas mexicanas que les “maquilan” a tales corporaciones, aplican los modelos de diseño de productos que fueron realizados fuera de México.

Por esta última razón, tratándose de empresas nacionales involucradas en la fabricación de bienes o en la prestación de servicios, es conveniente que las instituciones de educación superior, ciencia y tecnología, les apoyen a desarrollar diseños ecológicos de sus productos, servicios y modelos de negocio, a fin de que sean acordes a los principios y prácticas de la economía circular.

Para la Secretaría de Economía se consideran grandes empresas a aquellos negocios dedicados a los servicios y que tienen desde 101 hasta 251 trabajadores y tienen ventas superiores a los 250 millones de pesos.[21] Aunadas a las empresas de servicio, se encuentran las empresas industriales (extractivas y manufactureras), las empresas comerciales (mayoristas o minoristas-detallistas) y las empresas comisionistas, que se dedican a vender mercancía que los productores les dan a consignación, percibiendo por esta función una ganancia o comisión. Todas ellas son susceptibles de beneficiarse de la adopción de sistemas de economía circular para realizar sus procesos y operar sus negocios.

Ya se mencionó que más del 99 por ciento de las empresas son PyME y enfrentan dificultades para tener acceso a financiamiento, así como a la asistencia tecnológica requerida para convertirse en empresas circulares. Lo mismo ocurre con los emprendimientos sociales de quienes buscan contribuir a alargar la vida de los productos y mantener abierto el ciclo de vida de los materiales, para su retorno continuo a los productores. La situación se agrava por la falta de seguridad jurídica en cuanto a la confusión que existe entre lo que es un material o producto usado o post consumo sujeto a los procesos antes citados que son consistentes con la economía circular, y cuando éstos adoptan la condición de residuos al ser desechados por sus generadores, propietarios o poseedores, en cuyo caso les aplica la regulación de la gestión de los residuos, de manera que ello repercute en que el costo y dificultad de los trámites para obtener los permisos para desarrollar sus actividades sea agobiante.

Perspectivas

Este es un momento de retos, pero nos alienta saber que el pueblo mexicano es un pueblo solidario que, ante la adversidad que acompaña los desastres naturales, se vuelve innovador y se organiza para venir en apoyo de los más necesitados.

Así que este es el momento de la innovación social, por lo que les invito a movilizarse para que la legislación y la estrategia nacional de economía circular, sean el resultado de una construcción colectiva que refleje de manera balanceada los intereses y derechos de todos.

 

[1] Conferencia preparada para el Webinar Innovando la Innovación, organizado por la Asociación Lean Analytics A.C.

[2] Presidenta de la Fundación Cristina Cortinas y Red Queretana de Manejo de Residuos, Asociaciones Civiles sin fines de lucro. Para mayor información sobre el tema consultar las páginas: www.cristinacortinas.org y www.fundacionccortinas.org

[3] ¿Qué es la permacultura?. https://bosquedeniebla.com.mx/que-hacemos/permacultura/que-es-la-permacultura/

[4] Ecología Industrial. https://www.ecoambiente.com.mx/single-post/2017/05/03/ecolog%C3%ADa-industrial

[5] FISSAC. ¿Qué es la simbiosis industrial?. https://fissacproject.eu/es/que-es-la-simbiosis-industrial/

[6] Carlos Juárez (2021). De cuna a cuna: el nuevo modelo de sostenibilidad de la cadena de suministro. https://thelogisticsworld.com/planeacion-estrategica/de-cuna-a-cuna-interpretar-la-sostenibilidad-en-la-gestion-de-la-cadena-de-suministro/

[7] Cristina Cortinas y Guillermo Encarnación Aguilar (2020). Compendio de Buenas Prácticas hacia Cero Residuos y Economía Circular. Disponible en la página: www.cristinacortinas.org

[8] https://www.eleconomista.com.mx/arteseideas/La-UNESCO-premia-al-programa-PILARES-de-la-CDMX-20210107-0064.html

[9] Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC). 2020 Martínez Arroyo A., Octaviano Villasana C.A., Nieto Ruiz J., Evaluación de la situación actual de la economía circular para el desarrollo de una hoja de ruta para Brasil, Chile, México y Uruguay. pp.59

[10] Una sociedad entre las PYMEs y el gobierno federal. Programa Liderazgo Ambiental para la Competitividad. https://www.gob.mx/profepa/acciones-y-programas/programa-de-liderazgo-ambiental-para-la-competitividad-56619

[11] https://www.coalicioneconomiacircular.org

[12] Environment and Climate Change Canada y United Nations Environment Program. (2012). Circular North America: Accelerating the Transition to a Thriving and Resilient Low-carbon Economy. https://www.canada.ca/content/dam/eccc/documents/pdf/circular-economy/north-america-paper/WCEF-Circular-North-America_Report_2021_EN.pdf

[13] “A qué tipo de país debe responder la Ley General de Economía Circular”, “Empleos, eficiencia en el uso de recursos y economía circular en México” y “Certeza jurídica para emprendimientos sociales y privados circulares”, disponibles en la página: www.cristinacortinas.org

[14] Luis Monroy-Gómez-Franco (2021). Los impactos distributivos del COVID-19 en México. Un balance preliminar. https://ceey.org.mx/wp-content/uploads/2021/04/01-Monroy-Gómez-Franco-2021.pdf

[15] Ariadna Razo (2021). Jefas de familia aumentaron 12 por ciento en 20 años. https://www.gaceta.unam.mx/jefas-de-familia-aumentaron-12-por-ciento-en-20-anos/

[16] https://inegi.org.mx/contenidos/saladeprensa/boletines/2020/OtrTemEcon/ECOVID-IE_DEMOGNEG.pdf

[17] Julio Vilaboa-Arroniz, Diego Esteban Platas-Rosado y Pedro Zetina-Córdoba (). El reto del sector rural de México ante la Covid-19. Rev. mex. cienc. polít. soc vol.66 no.242 Ciudad de México may./ago. 2021 Epub 25-Oct-2021.

http://www.scielo.org.mx/scielo.php?pid=S0185-19182021000200419&script=sci_arttext

[18] Paulo Santiago, Isobel McGregor, Deborah Nusche, Pedro Ravela y Diana Toledo. (2012).Revisiones de la OCDE sobre la Evaluación en Educación. MÉXICO. https://www.oecd.org/education/school/Revisiones-OCDE-evaluacion-educacion-Mexico.pdf

[19] Juan Carlos Reséndiz y José Carlos Ortiz, (2021). Los impactos más relevantes para las empresas en México durante 2021. https://www.forbes.com.mx/red-forbes-los-impactos-mas-relevantes-para-las-empresas-en-mexico-durante-2021/

[20] https://www.delineandoestrategias.com.mx/riesgos-en-mexico-2021

[21] http://www.2006-2012.economia.gob.mx/mexico-emprende/empresas/gran-empresa

Fotos: Alberto Nava