Factores críticos para impulsar empleos y regular la economía circular

Un artículo de Cristina Cortinas[1]

Copiar sin entender y responder a intereses particulares no nos conviene

México tiene la oportunidad de recurrir a la economía circular como una vía para atender de raíz las causas del grave deterioro ambiental, económico y social provocado por copiar sistemas económicos lineales depredadores, explotadores de la fuerza laboral y basados en un consumismo derrochador de recursos.

Ello implica no caer en el mismo error al tratar de sustituir tales sistemas por otros circulares sin entender lo que está en juego y regular éstos para satisfacer intereses particulares (véase los de los productores de plásticos de un solo uso), sobre todo, si esto es en detrimento de los intereses de la mayoría de la población y del grueso del sector económico.

Por ello, las reflexiones contenidas en este artículo, integrante de una serie que se enlista en las referencias, tiene como propósito llamar la atención sobre factores cruciales a tomar en cuenta para que los sistemas de economía circular que adopte México respondan al país que somos y en beneficio de toda nuestra población y sector productivo.

Conservación y regeneración de recursos naturales ante el cambio climático

Los ecosistemas y su rica biodiversidad -mediante sus funciones- contribuyen a la regulación climática: a nivel regional, pueden incidir en el régimen de lluvias y la variación de las temperaturas que son dos de los principales problemas del cambio climático. Además, algunos de ellos (como bosques y manglares) juegan un papel fundamental en la reducción de las emisiones gracias a su capacidad de capturar y almacenar las emisiones de CO2, lo cual se menciona en el objetivo 15 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible: Vida en la Tierra.

A su vez, la pérdida de biodiversidad en el mundo está impulsada por factores como la contaminación, la sobreexplotación, la pérdida de hábitats y el cambio climático. No menos importante es la contribución de la pérdida de hábitats a la propagación de enfermedades y pandemias como la que ocasiona el COVID-19.

México es un país megadiverso, cuya biodiversidad se pierde de manera acelerada, por lo cual debe reconocerse la importancia de que los sistemas de economía circular que se adopten en el país se fijen como meta la conservación y regeneración de sus recursos naturales.

La satisfacción de las necesidades y el bienestar de la población como meta

Desde 1983 las reformas al Artículo 25 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, establecieron que:

  • Corresponde al Estado la rectoría del desarrollo nacional para garantizar que éste sea integral y sustentable, que fortalezca la Soberanía de la Nación y su régimen democrático y que, mediante la competitividad, el fomento del crecimiento económico y el empleo y una más justa distribución del ingreso y la riqueza, permita el pleno ejercicio de la libertad y la dignidad de los individuos, grupos y clases sociales, cuya seguridad protege esta Constitución.
  • El Estado planeará, conducirá, coordinará y orientará la actividad económica nacional, y llevará al cabo la regulación y fomento de las actividades que demande el interés general en el marco de libertades que otorga esta Constitución.
  • Al desarrollo económico nacional concurrirán, con responsabilidad social, el sector público, el sector social y el sector privado, sin menoscabo de otras formas de actividad económica que contribuyan al desarrollo de la Nación.
  • Bajo criterios de equidad social, productividad y sustentabilidad se apoyará e impulsará a las empresas de los sectores social y privado de la economía, sujetándolos a las modalidades que dicte el interés público y al uso, en beneficio general, de los recursos productivos, cuidando su conservación y el medio ambiente.
  • La ley establecerá los mecanismos que faciliten la organización y la expansión de la actividad económica del sector social: de los ejidos, organizaciones de trabajadores, cooperativas, comunidades, empresas que pertenezcan mayoritaria o exclusivamente a los trabajadores y, en general, de todas las formas de organización social para la producción, distribución y consumo de bienes y servicios socialmente necesarios.

La Ley de la Economía Social y Solidaria, publicada en 2012, es la que reglamenta el Párrafo Octavo del Artículo 25 de la Constitución en lo referente al sector social de la economía, con el siguiente objeto:

  1. Establecer mecanismos para fomentar el desarrollo, fortalecimiento y visibilidad de la Actividad Económica del Sector Social de la Economía, y
  2. Definir las reglas para la promoción, fomento y fortalecimiento del Sector Social de la Economía, como un sistema eficaz que contribuya al desarrollo social y económico del país, a la generación de fuentes de trabajo digno, al fortalecimiento de la democracia, a la equitativa distribución del ingreso y a la mayor generación de patrimonio social.

Lo anterior requiere ser atendido al regular los sistemas de economía circular en México, tendientes a detonar la creación de empleos en las actividades que se realicen para el aprovechamiento sustentable de los materiales, agua, energía y suelo, con un enfoque regenerativo y bajo en emisiones de carbono.

Ello para satisfacer las necesidades de las 55.7 millones de personas que en 2020 se encontraban en situación de pobreza, de los 31 millones de jóvenes de 15 a 29 años en edad productiva y de las mujeres reconocidas como jefas de la vivienda en 11,474,983 de hogares. Sin dejar de lado lo que la legislación de la economía circular en México debe cubrir para asegurar que los más de 30 millones de niños tengan acceso a una educación que les asegure la posibilidad de estar preparados para incursionar en el sector productivo en su debida oportunidad.

Estrategias para impulsar empleos mediante la economía circular

Diversos artículos difundidos en las páginas (wwww.fundacionccortinas.org y www.cristinacortinas.org) han destacado el potencial de creación de empleos que conlleva la adopción de sistemas de economía circular, sin que necesariamente se soporten las estimaciones con datos provenientes de estudios destinados a determinar en actividades específicas tal aseveración.

Lo que debe quedar claro es que el campo de aplicación de la economía circular es muy amplio, y debiera ser puesto de relieve en la legislación nacional en la materia, aunque con mayor frecuencia se centre en actividades relacionadas con la prolongación del ciclo de vida de los materiales y la gestión integral de los residuos. No menos importantes desde esta perspectiva, son las actividades tendientes -entre otros- a:

  1. Lograr la gestión sustentable del agua que incluyen entre otros, el tratamiento de las aguas residuales para su reúso (incluido el aprovechamiento de los lodos de las plantas de tratamiento).
  2. Impulsar la eficiencia energética, la obtención y aprovechamiento de las energías renovables y limpias.
  3. La recuperación de la fertilidad del suelo y la agricultura sustentable.
  4. La Bioeconomía Circular.
  5. La aplicación de la economía circular en las actividades forestales y silvícolas.

Para legislar la economía circular es preciso tener una visión holística que comprenda aspectos como los antes señalados, tanto para hacer que se concreten las oportunidades, como para eliminar las barreras que pudieran oponerse a ello.

En el campo del aprovechamiento de materiales y productos post consumo para que no se conviertan en residuos, así como en el de la gestión de los residuos una vez que estos son desechados por sus generadores, la mayoría de los estudios se han enfocado a este último aspecto, dejando de lado el primero que sigue siendo una tarea pendiente.

A este respecto, es preciso destacar que la transición hacia la economía circular es facilitada tanto por los llamados “desarrolladores”, que incluyen tanto a los negocios que la aplican como a las organizaciones de ciencia y tecnología interesadas en contribuir a generar soluciones prácticas al respecto. Un segundo tipo de actores clave son los denominados “intermediarios”, como las incubadoras de negocios, los laboratorios de ideas (o think tanks), las organizaciones públicas que apoyan a los desarrolladores fomentando el establecimiento de redes y alianzas, movilizando recursos, facilitando la comercialización de sub productos, o creando visiones y estrategias comunes. Ambos tipos de actores deben ser reconocidos así como sus actividades, en la legislación de la economía circular.

A fin de poner de relieve la importancia de realizar estudios que lleven a precisar cuestiones como las señaladas previamente, y a manera de ejemplo, a continuación se centrará la atención en un estudio que aborda el tema en el campo de la productividad de los materiales y la gestión de los residuos.

Incrementar la productividad de los materiales: Ejemplo de área de oportunidad

Uno de los principales objetivos de la economía circular consiste en restablecer y regenerar los ciclos de los materiales (lo que no es lo mismo que conservar y regenerar los recursos naturales, aunque contribuye a ello). Esto significa mantener el valor de los materiales en cada una de las etapas del ciclo de vida de los productos, minimizar la generación de los residuos y, eventualmente cerrar el ciclo de los materiales mediante un reciclaje de alta calidad. Aunado a ello, se encuentra la creación de nuevos modelos de negocios centrados en soluciones más que en productos, que obtienen beneficios económicos con la satisfacción de necesidades de los clientes y al mantener los materiales en el ciclo de aprovechamiento.

Para determinar qué factores son cruciales en este campo particular de la economía circular, se aprovecharán los resultados de un estudio realizado por un grupo de investigadores finlandeses en su país[2], en el cual se estableció un Plan Nacional de Residuos orientado a implementar entre 2016 y 2023:

  • Una estrategia para mantener en circulación en la economía los materiales biológicos y técnicos.
  • El rediseño de los sistemas municipales e industriales.
  • La prevención de la generación de residuos.
  • El fomento al uso de subproductos y residuos como recursos.
  • La cooperación entre el sector de manejo de los residuos y los distintos grupos de interés.

El estudio comprende 25 proyectos piloto desarrollados por un grupo de 20 aliados; el cual comprende un amplio rango de actividades tendientes a lograr la sustentabilidad del manejo de los residuos y la aplicación de sistemas de economía circular que incrementan la intensidad del aprovechamiento de los materiales al crecer la cantidad de materiales secundarios retornados al sector productivo; muchos de ellos no considerados tradicionalmente en los sistemas de gestión de residuos.

Descripción de los proyectos piloto considerados en el estudio que involucran creación de empleos

Ø  Desarrollo de construcciones y edificaciones eficientes en el uso de los recursos en las que en todas sus fases se recuperan y reciclan los materiales de construcción y demolición (R&D) en sus instalaciones.

Ø  Desarrollo de un parque de reciclaje de suelo y operaciones regionales de reciclaje de suelo.

Ø  Prueba del uso de residuos industriales y sedimentos contaminados en la construcción de una bahía costera.

Ø  Desarrollo del uso de materiales reciclables en la construcción de autopistas.

Ø  Desarrollo y piloteo de la producción, distribución y uso eficiente de los alimentos y minimización de sus residuos.

Ø  Demostración de tecnologías aplicables para la utilización de sub productos en el procesamiento de vegetales.

Ø  Promoción de la producción de biogás a partir de sub productos orgánicos y mejora del reciclaje de nutrientes en el sistema alimentario.

Ø  Investigación para la modelación y prueba de metodos de utilización sustentable de sub productos de madera, agrícolas, de metal y alimentarios.

Ø  Facilitación del uso avanzado de corrientes regionales de biorresiduos mediante el incremento de la socialización de las nuevas prácticas de manejo al respecto.

Ø  Acciones estratégicas como la elaboración de hojas de ruta para incrementar la cooperación en diferentes regiones de Finlandia.

Ø  Promoción de nuevas oportunidades de negocio circulares y apoyo a empresas emergentes (start- ups) en sectores clave identificados regionalmente.

Ø  Descripción de un sistema regional de residuos y creación de escenarios de utilización de gránulos y pellets de plástico.

Ø  Construcción de una planta piloto para la manufactura con la fracción compuesta de residuos y desarrollo de la idea de negocio.

Ø  Desarrollo de proyectos y tecnologías que aprovechen la fracción de fibras de los residuos compuestos.

Ø  Construcción de campos de prueba para la aplicación en infraestructura de los residuos de arena de fundición.

Ø  Demostración de la separación de magnetos en el scrap metálico y producción de magnetos reciclados.

Ø  Creación de un ecosistema de gestión digital para minimizar la pérdida de residuos y materiales a lo largo de la cadena de almacenamiento y suministro de bienes de consumo de rápido movimiento.

Ø  Diseño y construcción de soluciones inteligentes de recuperación de residuos en áreas urbanas.

Ø  Creación de una “Red de Expertos y Asesores Técnicos” para impulsar la economía circular entre los grupos no gubernamentales, compañías, administración pública, escuelas y residentes.

Ø  Recolección de ideas de los ciudadanos y realización de experimentos prácticos de demostración de medidas de prevención de la generación, reúso, reciclaje y otras prácticas de economía circular.

A su vez, el estudio se enfocó en las percepciones de los dos actores clave mencionados previamente: los desarrolladores y los intermediarios, que se descubrió experimentan las barreras a la economía circular de manera muy diferente.

Los desarrolladores carecen de pensamiento sistémico ya que sus observaciones se centran por lo general en barreras cercanas a sus propias actividades circulares o potencialmente circulares. Mientras que los intermediarios identifican barreras a todo lo largo del suministro de materiales, así como diferentes categorías de barreras.

Lo anterior significa que las barreras a la economía circular son complejas y se relacionan con una variedad de problemas, por lo que su superación demanda medidas regulatorias basadas en su conocimiento y que atiendan aspectos económicos, legales, tecnológicos y culturales. Ello implica, además, dialogar con los distintos grupos de interés para que la legislación refleje de manera balanceada los intereses de todos.

Entre los grupos de interés se encuentran los consumidores que demandan se les asegure la calidad de los materiales y bienes reciclados, reparados o renovados, así como las personas involucradas en estos procesos que requieren elevar sus competencias para realizar dichos trabajos sin que se les impongan trámites burocráticos innecesarios, tardados, engorrosos y/o costosos.

Flujos de materiales biológicos y técnicos acoplados al manejo de residuos

https://dadun.unav.edu/bitstream/10171/53653/1/Economia_Circular.pdf

Cabe hacer notar que Finlandia tiene una ubicación remota, una población dispersa y se recorren grandes distancias entre una y otra.

Por lo antes expuesto, este estudio puede ser utilizado como referencia para replicarlo en nuestras propias condiciones y con un diseño apropiado que nos permita conocer el potencial de creación o fortalecimiento de actividades productivas relacionadas con el diseño ecológico de productos de consumo, la prolongación de la vida de los productos y el cierre o continuidad de su ciclo de vida y el de los materiales que los constituyen. Esto con la intención de identificar las oportunidades de creación de empleos, para los diversos grupos poblacionales a los que se ha hecho referencia, y en el Sector Social de la Economía.

Escalas y visión territorial de la economía circular a considerar

La razón que anima a compartir el conjunto de ideas externadas a lo largo de este artículo, es el convencimiento de que, sin dejar de cubrir en nuestra legislación de la economía circular sus principios, prácticas y aspectos generales aceptados internacionalmente; entre los cuales se encuentran aspectos que se busca armonizar, México tiene la oportunidad de abordar otros que le permitan mediante este sistema económico propiciar condiciones que favorezcan a toda su población y la intervención explícita en él del Sector Social de la Economía. Ello atendiendo a lo dispuesto en el Artículo 25 Constitucional y en la Ley de la Economía Social y Solidaria que lo reglamenta, a fin de contribuir en forma efectiva al logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y a la mitigación del cambio climático.

En este último contexto, es importante considerar que la economía circular constituye un sistema económico que se basa -entre otros- en la reducción, reutilización alternativa, reciclaje y recuperación de materiales en los procesos de producción, distribución y consumo. De manera que se puede abordar a nivel micro (productos, pequeñas empresas y consumidores), nivel meso (parques eco-industriales) y a nivel macro (ciudad, región, nación), con el objetivo de lograr un desarrollo sostenible que implica crear calidad ambiental, crecimiento económico y equidad social en beneficio de las generaciones actuales y futuras.[3]

https://dadun.unav.edu/bitstream/10171/53653/1/Economia_Circular.pdf

A nivel internacional se considera que la economía circular se interpreta a menudo como una forma de reducir o eliminar los residuos y emisiones de gas. En particular en las áreas rurales, este tipo de interpretación se debería ampliar al fin de incluir no solamente la dimensión ambiental sino también la social y cultural, con el propósito de incrementar la resiliencia de los sistemas agroalimentarios locales.[4]

En el mismo orden de ideas se plantea que:

  • En las agendas públicas y privadas internacionales, la redefinición de los sistemas alimentarios locales y los modelos de economía sostenible ocupan un espacio relevante en el marco de las nuevas articulaciones urbanos-rurales, en línea con la preocupación creciente por las desigualdades y los conflictos, entre ellos el ambiental, que hoy en día caracterizan muchos escenarios mundiales.
  • En tales circunstancias se busca estimular la reflexión y discusión acerca de las características de un “modelo de economía circular amplio” de base territorial, que considere la identidad y patrimonio biocultural, los vínculos urbano-rurales y los nuevos arreglos entre empresas, sociedad civil e instituciones públicas, en una lógica de sostenibilidad de largo plazo.
  • A través de un diálogo con el sector privado, se analiza en qué medida la Responsabilidad Social Empresarial (RSE) está evolucionando hacia procesos económicos circulares inclusivos y sostenibles, vinculados al desarrollo de los territorios y su entorno.

La legislación de la economía circular en México debe respetar los avances logrados en su legislación de la prevención y gestión integral de los residuos

Así como no se pueden ignorar los preceptos establecidos desde 1983 en el Artículo 25 constitucional, reglamentado en la Ley de la Economía Social y Solidaria, al legislar en materia de economía circular, tampoco se pueden tratar de anular los progresos logrados en la aplicación desde 2004 de la Ley General para la Prevención y Gestión Integral de los Residuos y de su Norma Oficial Mexicana-161 en materia de planes de manejo de los residuos y productos post consumo que se convierten en residuos de manejo especial, que entró en vigor en 2013.

A este último respecto, 22 entidades federativas han establecido legislaciones en estas últimas materias y una de ellas, Quintana Roo ha promulgado en 2019 una Ley para la Prevención, Gestión Integral y Economía Circular de los Residuos, cuyo Reglamento en materia de Responsabilidad Extendida del Productor acaba de ser publicado en diciembre 2021. Varios estados ya han seguido el ejemplo de Quintana Roo al incorporar la economía circular en sus legislaciones de residuos y el Municipio de Landa de Matamoros en Querétaro publicó su Reglamento para la Prevención, Gestión Integral y Economía Circular de los Residuos en octubre 2020.

Es un hecho de que la legislación general de los residuos requiere de una reforma integral para hacerla consistente con los principios y prácticas de la economía circular, así como para propiciar la armonnización de aspectos coyunturales a lo largo del país, pero en pleno respeto a los principios jurídicos de no regresión y de progresión.

Más aún, la Ciudad de México (CDMX), convertida en estado ha sido pionera en la implementación de los instrumentos previstos en la legislación de los residuos, tendientes a impulsar la prevención y reducción de su generación, así como su aprovechamiento y valorización como recursos, incluidos los planes de manejo a los que se hizo referencia. Tratándose de una de las ciudades más grandes del mundo (por su población residente y flotante), y por contar con inventarios de residuos sólidos que cubren el periodo 2004-2020, así como con un Programa Basura Cero y Plan de Acción de Economía circular desde 2019, su experiencia ha sido couyuntural para la formulación de su propia Ley de Economía Circular que se encuentra en proceso de consulta.

Por lo antes expuesto, la iniciativa de Ley General de Economía Circular cuyo dictamen fue aprobado por el Senado en 2021, requiere ser revisada antes de su publicación para asegurar que se tomen en consideración cuestiones tan importantes como las aquí expresadas.

[1] Para mayor información sobre el tema consultar las páginas: www.fundacionccortinas.org y www.cristinacortinas.org

[2] Hanna Salmenpera, Kati Pitka€nen, Petrus Kautto & Laura Saikku. Critical factors for enhancing the circular economy in waste management. Journal of Cleaner Production 280 (2021)

[3] Vanessa Prieto-Sandoval, Carmen Jaca y Marta Ormazabal (2017). Economía circular: Relación con la evolución del concepto de sostenibilidad y estrategias para su implementación. https://dadun.unav.edu/bitstream/10171/53653/1/Economia_Circular.pdf

[4] Economía circular y desarrollo territorial: protagonista de los debates internacionales (2016). https://rimisp.org/noticia/economia-circular-y-desarrollo-territorial-protagonista-de-los-debates-internacionales/

Foto: Alberto Nava